COMPRENSIÓN


¿Quién no ha tenido alguna vez la necesidad de encontrar a alguien que escuche y comparta nuestros sentimientos e ideas en algún momento.? Cuando somos entendidos nos sentimos aliviados, tranquilos y en paz interior. La cuestión que todos deberíamos plantearnos es si seríamos capaces de comprender a los demás.

La comprensión es una actitud tolerante para encontrar justificación a los actos y sentimientos de otro, es decir, no basta con saber que pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos.
Ser tolerante y comprensivo no significa ser condescendiente, la tolerancia debe traducirse como la confianza que tenemos en los demás para que se superen sus obstáculos. 

Debemos ver con naturalidad los actos y sentimientos de los demás, ya que algún día podemos caer en la misma situación, cometer los mismos errores y dejarnos llevar por el arrebato de los sentimientos.

Los sentimientos juegan un papel importante y debemos ser cuidadosos. Una persona exaltada, triste o francamente molesta está sujeta a la emoción momentánea, lo cual reduce su capacidad de reflexión, pudiendo hacer cosas que no piensa ni siente realmente.

Es muy frecuente, que confundamos la comprensión con sentirnos iguales que los demás, sobre todo, nos suele ocurrir con las personas a las que les tenemos afecto. Sin embargo, la persona que nos cuenta un problema no quiere que nos sintamos identificados con su problema, porque si lo hacemos… ¿quién o cómo lo ayudaríamos? 

Para poder comprender a los demás de manera consciente deberemos aprender a:    

Aprender a escuchar y hacer lo posible para no dejarnos llevar por el primer impulso (enojo, tristeza, desesperación, etc.)
- No hacer juicios prematuros, primero se deben conocer todos los aspectos que afectan a la situación, hay que preguntar.
- Distinguir si es una situación voluntaria, producto de los sentimientos o de un descuido. En cualquier caso siempre habrá una forma de prevenir futuros desaciertos.
- Preguntarnos que haríamos y como reaccionaríamos nosotros al vernos afectados por la misma situación.
- Buscar las posibilidades y opciones de solución. Es la parte más activa de la comprensión, pues no nos limitamos a escuchar y conocer que sucede.
- Dar nuestro consejo, proponer una estrategia o facilitar los medios necesarios que den una alternativa al alcance de la persona.

La comprensión se vive día a día en cada momento de nuestras vidas, en los detalles más pequeños y en apariencias insignificantes. Es un acto lleno de generosidad con el que aprendemos a perdonar y a pedir perdón, por lo tanto, nos hace ser una persona  de estima, a quien se puede recurrir en cualquier circunstancia.