Material: una pelota.
En el patio, pondremos a la clase
en círculo, y mientras un niño bota una pelota, tendrá que contar a sus
compañeros un mal momento que haya pasado en su vida, abriendo así su corazón a
los demás, que lo escucharan en silencio y con respeto. Cuando este termine,
pasará la pelota a otro de sus compañeros, y deberá hacer lo mismo. La
actividad termina cuando todos la hayan realizado.
Para trabajar esta actividad, los
niños tienen que tener bien asentados los valores de respeto y comprensión.
Es conveniente que comience el
profesor para romper el hielo.
El objetivo de esta dinámica es doble, por un lado, que los niños expongan sus sentimientos ante sus compañeros, que estos los escuchen, se identifiquen con ellos y que los apoyen. Por otro lado, aprenderán a conocerse mejor entre ellos y entenderán comportamientos y actitudes de algunos compañeros que antes no entendían, trabajando así el respeto, la compasión, la comprensión y la bondad.
