BONDAD


 EL VALOR DE LA BONDAD

La bondad engrandece interiormente a la persona sin la necesidad de esperar nada a cambio, que es una de las cosas más importantes de este valor, por lo tanto no se va a sentir nunca defraudada la persona bondadosa.

Podemos confundir bondadoso con persona débil.  A nadie le gusta ser "el bonachón” de la  clase, de quien se suele aprovechar el resto de compañeros. Bondad es exactamente lo contrario, es la fuerza personal que tiene quien sabe controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques para convertirlos en persona bondadosa…….
La bondad sale de dentro de la persona y se inclina a hacer el bien sin  necesidad de ser empujado por nada ni nadie, con una profunda comprensión de las personas y sus necesidades, siempre paciente y con ánimo equilibrado. Este valor totalmente personal e innato  en cada persona, sostiene la disposición para agradar y complacer en justa medida a todas las personas y en todo momento.
La bondad tiene tendencia a ver lo bueno de los demás, no por haberlo comprobado, sino porque evita enjuiciar las actitudes de los demás bajo su punto de vista, además de ser capaz de "sentir" de alguna manera lo que otros sienten, haciéndose solidario al dar soluciones.
 

Una persona con el ánimo de "hacer ver" su bondad, puede subrayar constantemente "lo bueno que llega a ser", "cuánto se ha preocupado por los demás" y eso por supuesto no es bondad.
 La bondad es generosa y no espera nada a cambio. No es necesario hacer propaganda de bondad, porque entonces pierde su valor y su esencia.
 El hacernos pasar por incomprendidos a costa de mostrar lo malos e injustos que son los demás, denota un gran egoísmo.
 La bondad no tiene medida, es desinteresada, por lo que jamás espera retribución. Podemos añadir que nuestro actuar debe ir acompañado de un verdadero deseo de servir, evitando hacer las cosas para quedar bien... para que se hable bien de nosotros.
 Si hacemos el bien por interés, - seremos astutos, pero nunca buenos.


La bondad, como hemos visto, va más allá que un simple ofrecimiento de cosas materiales en condiciones precarias, para fomentar este valor en nuestra vida podemos considerar que debemos:
- Felicidad constante
- Evitar ser pesimistas: exaltar lo bueno de las personas sin llegar a ver ninguna negativa.
- Tratar a los demás como quisiéramos que nos trataran: con amabilidad, educación y respeto.

- Corresponder a la confianza y buena fe que se deposita en nosotros.

- Visitar a nuestros amigos: especialmente a los que están enfermos, los que sufren un fracaso económico o aquellos que se ven afectados en sus relaciones familiares.

- Procurar dar ayuda a los menesterosos, sea con trabajo o económicamente.

- Servir desinteresadamente.
El valor de la bondad perfecciona a la persona que lo posee porque sus palabras están cargadas de aliento y entusiasmo, facilitando la comunicación amable y sencilla; sabe dar y darse sin temor a verse defraudado; y sobre todo, tiene la capacidad de comprender y ayudar a los demás olvidándose de sí mismo.












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